AMAR


Su alma quedó desnuda, se dejó hacer y, al dejarse hacer perdió todo su ser, en un abrazo se le escapó la mitad más importante que poseía y al salir corriendo de ese lugar quedó sola y malherida. Con sus pechos de adolescente y su mirada cristalina, aún y no tener la inocencia propia de su edad, aprendió cosas nuevas sobre el amor y la vida. Perdida en el infinito sin compasión se lamentaba cada día, ese gran amor que sintió la llevó a quedarse sin su gran sonrisa, las lágrimas se vertían y caían lentamente sobre su rostro triste después de esa tarde nublada en la que el viento acariciaba su largo cabello. Hoy las notas de su guitarra ya no suenan, ni tan siquiera puede mirarla, ya no quiere tocarla, se le quitaron las ganas...era todo, su ilusión ahora mal templada, quedó en nada. Su rostro palideció y allí quedó anclada, se giró para ver si él la miraría pero sus ojos jamás pudieron volver a ver su mirada, en estatua de sal quedó y él marchó porque así se lo pidió ella. Jamás pensó que eso quedaría como un gran peso en su corazón, sin inspiración, sin alegría, jamás pensó que algo que comenzó tan bello destrozaría toda esa existencia que la había alimentado durante esos momentos tan llenos de armonía. En la música nacieron pero irónicamente ella se quedó sin melodía. Todo era amor, ahora casi sin pasar el tiempo, ya es melancolía. Le ama, con toda su alma, ese alma que ahora ha quedado malherida. Se dejó hacer y al dejarse hacer regaló todo su ser, sobre las sábanas entregó lo más bello que tenía y por dar tanto amor después perdió lo que más quería. Palpita su corazón con tanta fuerza que aún tiene la esperanza que le volverá a encontrar en otra vida, o quizás sin ir tan lejos, pronto, otro día.

LA NOCHE


Lejos en el horizonte donde la vista casi se pierde, el viento ligero de la noche y la luna te pueden, con todo este embrujo el silencio calma la noche y te gana con su pose de niña buena, aquí - te dice- para ti, esta noche todo para ti sola.
Crees en las hadas princesa? Por supuesto, en las hadas y en su belleza, ellas vienen cuando quieren y si no les apetece no se quedan, están cerca, siempre cerca en una noche estrellada como esta. El cielo está lleno de luceros, todos ellos son perfectos, da igual su tamaño, no importa el que más pesa, son ligeros y flotan tranquilos, como esta noche que se presenta tan perfecta. Pero.... por qué estás sola allí sentada en la fresca? No lo estoy -decía la princesa- estoy con las hadas y con todas mis estrellas en esta noche que se presenta tan perfecta. Y qué bella es la vida, si en la noche todo lo que el sol esconde aparece y se refleja, como un arcoiris de colores, parece mentira que se vean si la noche mucha gente pensaba que era negra. La princesa cerró los ojos y sin más allí en mitad de la fresca se quedó dormida, luego vinieron las hadas y le besaron su sonrojada mejilla, duerme mi niña duerme que con toda tu dulzura seguiremos existiendo gracias a tu inocencia. Las estrellas, mientras, se la miraban y entre sí hablaban, pero mírala que bella, ella sí que brilla aunque no crea que lo haga. La noche la cubrió con su manto y la dejó descansando, le dio un fuerte abrazo y se quedó allí con ella para cuidarla y mimarla, aunque ella, a menudo, cree que siempre suele estar sola. Lejos en el horizonte donde la vista casi se pierde las hadas siguen tranquilas vigilando, como siempre, a su niña más querida, en ese silencio que calma la noche, con su embrujo, la tienen como su predilecta.

SENSACIONES


El reflejo de la luz del sol sobre el mar a primera hora de la mañana deja un destello constante en la mirada, no se borrará a lo largo de este hermoso día en el que todo empezó como en un cuento, lleno de sensaciones. El silencio de las montañas detrás de la ciudad que empieza a despertar. La brisa fresca que acaricia la piel brindando un ligero y agradable escalofrío. El sonido de la sirena de una ambulancia se pasea por las calles y se va alejando lentamente. El ruido se va acelerando con los comercios al abrir sus persianas para empezar la jornada. Un pájaro atraviesa el cielo despistado en mitad de la nada pero no percibe lo que pasa, va a su aire, surcando ligero y, como no, verlo es envidiable. Las nubes de algodón hoy no quisieron tener presencia pero no se las echa en falta en esta mañana tan hermosa. El recuerdo de una mirada se presenta en la memoria y al instante la soledad acaricia toda tu persona, entre sombras ese recuerdo se borra, hay que salir corriendo porque, a pesar de esta hermosa mañana, las obligaciones llaman, pero cuántas ganas de emprenderlas después de sentir que la vida por sí sola emana. Todo eso y mucho más que se escapa pasó en tan sólo unos segundos y, con la mejor de las sonrisas lo brindó la vida, un mundo de sensaciones, descubrirlas es como una aventura mágica.