Aaay...



Aaay…
Cuán fácil es inventar, con la creatividad y medios que existen…
Cuán bonito es mentir, cuando uno sabe vivir feliz en su propia mentira…
Cuán sencillo es hacérselo creer a otros, creando un mundo de ilusión….
Tan bonito, de luz y de color.

Cuán triste es despedirse cuando aún quedaba tanto por dar.

Cuán desalentador es tener que dar la razón al cuerdo y, negársela al loco, muy a menudo es el único que pisa fuerte el suelo por el que se tambalea.

Cuán penoso es perder y no poder volver a ver, ni con el inventar, ni con el mentir, ni tan siquiera con la ilusión que dejó de vivir aquí, quedando desolado ese bonito mundo de luz y de color lleno ahora de un montón de desilusión.

Cuánto hay en todo lo que ya no hay….

Aaay...