BUENOS DÍAS


Tenemos que marchar de bolo a Formentera, las cosas no están demasiado claras, siempre hay elementos ajenos al músico que no permiten hacer todo lo que este quisera. Si las cosas fuesen más simples todos iríamos algo más relajados. Me pregunto muy a menudo dónde empieza esa cadena de complicaciones que terminan desbordando todas las cosas.

No hay muchas esperanzas de cambios en los métodos de organización, pero como siempre he pensado, una vez sobre el escenario será fácil ponerse en situación, y olvidar todas las adversidades, al menos durante las dos horas y media que dura el espectáculo, estaremos extraídos de nuestro cuerpos humanos y nos convertiremos en puras notas musicales para dar y regalar sin medida todo nuestro arte y diversión.

Ya veremos si conseguimos llegar a buen puerto, y nunca mejor dicho.