TRES GOTAS



La lluvia bien escuchada tiene una melodía especial al caer del cielo, suena con dulces notas al ser movida por la ligera brisa que a veces ni tan siquiera podemos sentir y, mientras esas gotas caen desarraigándose del cielo con cierto delirio cantan y danzan invisibles a nuestro ojo, que muy a menudo por este estrés en el que nos rodeamos lo perdemos, a la visión y al oído. Aprovecha, escondido detrás de las cortinas podrás mirarlas porque cuando no se sienten observadas lo harán sin disimulo y, seguro, mucho mejor. Flotan en constante movimiento y juegan entre sí dejando el azul detrás de ellas. El sol luce orgulloso y más nítido después de disfrutar de ese agua que lo limpió. Naturaleza sabia que sin mano alguna lo hace todo sin más y, a veces, hasta incluso, como ya te dije antes, mucho mejor. Bellas, bailan esas tres gotas que un buen amigo me prestó.

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