MAR



El sol ha cubierto el día con una sonrisa alejada, sonrojándose por ello se pasea tímidamente por el cielo a lo largo de la mañana. Con descaro va conquistando todo a su paso y pierde la vergüenza, camina sin más, por las calles se muestra con ligereza. El Mar desde abajo lo contempla, menudo espectáculo, que destreza, con sus brazos largos y sus dedos estirados llega a todos los lugares donde su extenso azul no llega.
Mar, cielo, tierra, agua, es todo, a veces nada. El hombrecillo que está allí sentado en una piedra se detiene unos segundos y, alborotado por esa belleza no puede soportarlo, entonces, su respiración se acelera. Como palpita el corazón del pobre hombre que resulta ser tan poca cosa, y cuánto se cree el muy desdichado..., sin pensar que el mar, el cielo, la tierra y el agua, lo son todo pero a veces creemos que no son demasiado.
Mar es ella, cielo su dulce nombre, tierra su cuerpo y agua el alma que la lleva. Mar mira el sol por la mañana y se contagia de esa sonrisa lejana, así alimenta su alma iluminando el día con su mirada.

Mar, cielo, tierra y agua, a veces todo, a veces nada.

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