LA PUERTA


Puertas que se abren, puertas que se cierran pero son sólo puertas que se tambalean. Veo otra, allí está, crees que está cerrada pero no lo está, ¿qué hay detrás? No lo puedes ver. ¿Si empujas un poco te acercas despacito y sin más te adentras? ¡Anda! ya lo hiciste y, dime, ¿qué hay detrás? Tengo que acercarme, no lo veo demasiado bien, la puedo abrir, no lo sé y, ¿si lo intento mañana?, para qué dejarlo quizás la abro hoy, a lo mejor hay una buena ocasión, un paseo largo y duradero. ¿Durar? Creo que nada es eterno pero da igual yo lo intento. ¿Y qué es lo que vas a intentar?, basta ya, sólo es una puerta y estoy seguro la puedes cruzar, sólo tienes que abrirla y pasar. ¿Quieres entrar?
Veo colores, paisajes agrestes con árboles y flores, parece que hay un río al final, creo que me quiero tirar al agua y flotar, surcar, a lo mucho con algo de esfuerzo nadar. Fantástico, un día genial, hace sol y los pájaros quieren volar, las mariposas estiran su alas sin más, no espanto a nadie y nada me espanta. La serenidad me cubre con su manto y yo me dejo envolver, me voy perdiendo dentro de este pequeño mundo al revés, mundo en el que todo es bueno y si ocurre maldad se difunde totalmente con su propia crueldad. Rápido desaparece esta mala energía y volvemos a la normalidad, otra vez con esas horas ligeras que tienen una calma especial. Círculos de buen karma me rodean y yo me dejo abrazar, creo que te puedo contagiar pero sólo si pasas esa puerta me podrás alcanzar. ¿Quieres entrar?

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