LE MIRO


Hoy le he vuelto a ver, a quién te preguntarás, al maestro de la seducción, en silencio le admiro porque de él no puedo hablar demasiado alto. En silencio sin darme cuenta le observo mientras escucho las mil historias que tiene, interesantes todas, es curioso mirarle mientras habla porque su vida está llena de cosas, con batallas que contar, con mundo recorrido con ganas aún de más y, con sus ojillos mira sin ningún tipo de malicia pero con sus gestos me habla todo lo que no se atreve a decir, lo calla por respeto, lo calla porque sé yo, pero mejor que lo calle ya que los dos en vacíos de palabras sabemos muy bien lo que sin palabras habló. Mi inspira toda la confianza angelical de un demonio, de un demonio que tienta y de un ángel en quién dejarse acunar. El ángel que no se dejó arrastrar por la perfección pero que puede llegar a ser perfecto. Con un toque de elegancia, tranquilo, a veces distraído me pregunto en qué mundo se habrá escondido, habla y mira todo, todo lo mira y habla, a veces está aquí y de golpe va allá. La música suena en su sexto sentido y pierde la noción del tiempo, no cuenta eso que más da, ocurre todo sin un reloj, minutos se convertirán en horas, de unas horas habrán resultado sólo unos minutos, calma y entrega, despacio pero profundo, busca o dejó de buscar. Su enigmático carácter se resuelve en el no contar y, es mejor así, intrigante sin ganas de serlo, con toda su humildad se destapa en mitad de las miradas, me sorprende de repente mirándome, quizás admirándome, yo intento hacer ver que no pasa nada pero mientras me atraviesa con la mirada me tambaleo y se me escapa algún gesto para distraerle, para que pierda la concentración hacia mi interior. Qué tratará de buscar con ese anclaje tan profundo hacia mis ojos, me inquieto y me pierdo pero me atrapa ese poder. La curiosidad mató al gato y gato soy yo hoy, moriré en el intento por curiosear?

1 comentario:

Àngels Tous dijo...

Puede que mueras en el intento, aunque 7 vidas dicen tiene el gato. ¿Las has gastado ya?